Este relato que haré es sobre la vida de
mi hijo… JESUS FRANCISCO… para
todos conocido como PANCHITO, un
niño especial que en sus primeros meses
tuvo que luchar por su vida, por seguir a
nuestro lado.
Cuando sentí que mi hijo daba su
primera señal… me sentía asustada, al
mismo tiempo irremediablemente feliz
porque estaba segurísima que estaba
embarazada, que esperaba mi primer
hijo… mi corazón se hinchaba de
alegría… me sentía algo “rara”… y un
pequeño latido en mi vientre… sentía
muchas emociones contradictorias… sin
embargo, dejé pasar un poquito más de
tiempo para corroborar lo que ya
sospechaba… cuando lo confirmé… fué
el día mas maravilloso de mi vida.
Llevo grabado en mi mente el día en
que nació PANCHITO… apenas
cumplía mis 6 meses de embarazo… Y
mi bebé se adelantó… era inevitable
venía a este mundo… el día 4 de
Enero… me puse tan triste cuando el
doctor al darme la noticia de que bebé
nacería muy pronto y que lo más
probable era que no viviría. ¿Se pueden
imaginar lo que sentí en ese
instante?............
Desde entonces no hice más pedir a
Dios por mi hijo… trataron de que no
naciera, pero fue inútil… mi bebé
nacería de todos modos… a la mañana
siguiente, a las 10 de la mañana en
punto me pasaron al quirófano… nació
por cesárea, pesando apenas 1 kilo con
200 gramos… estaba ¡Tan pequeñito e
indefenso!...... me lo mostraron y
dijeron que era un niño e
inmediatamente se lo llevaron a la
incubadora pues necesitaba de cuidados
especiales.
Desde entonces viví con mis miedos,
desesperada por él, por verlo tan
chiquito y con tantas agujas en su
cuerpecito… su cabecita tan pequeñita,
como una pelota de béisbol… me daba
tanta tristeza y no quería separarme ni
un instante de él; no me importó mi
dolor físico con tal de estar a su lado.
Estuvo una semana sin poder
estabilizarse, estuvo en terapia
intensiva… tan pequeñito mi niño…
pensé que no resistiría tanto… volví a
pedir a Dios por él y ahora creo
firmemente que El siempre nos escucha,
que si pedimos con fe, hace milagros…
no tienen idea de cuánto lloré por mi
bebé. Gracias a Dios, a los quince días
se empezó a estabilizar… poco a poco
fue ganando peso… 10, 15 o 20 gramos
que aumentara por día, me hacían
feliz… no podía comer por sí sólo, lo
alimentaban por medio de una pequeña
sondita… tres semanas antes de que le
dieran de alta del hospital empezó a
comer por sí sólo ¡¡¡No había duda!!!
¡¡¡Estaba progresando mucho!!! Ya
podía darle mi leche…¡¡¡Qué felicidad
sentí!!!... Déjenme decirles que
empezamos a estimularlo primeramente
con música, recuerdo que llevamos una
cajita de música al hospital, después que
empezamos a tocarlo a brindarle calor al
bebé... eso le da mayor seguridad
porque siente el calor de sus padres; sin
embargo, tenía tanto miedo tenerlo entre
mis brazos porque era tan pequeñito y
frágil. Todos los días iba al hospital a
ver a mí Panchito… los doctores y las
enfermeras estaban muy encariñados
con él, y es a la fecha es un bebé muy
hermoso, ¡Qué puedo decir yo que soy
su madre! Pensarán… pero es que es la
realidad… desde pequeñito e indefenso
aparecía en sus labios una sonrisa tan
tierna que a todo mundo desarmaba…
¿Qué puedo decirles?... Después de su
alta de la clínica, lo llevé a casa; mi
corazón me decía que no estaba del todo
bien, que teníamos mucho más que
sufrir y que tal vez lo perderíamos. No
pasó mucho tiempo… algunas dos
semanas y PANCHITO… dio señales
de que él vino para quedarse.
Actualmente PANCHITO tiene 15 años
6 meses de edad; es un niño hermoso,
siempre con la sonrisa en los labios,
asistió desde pequeño a terapias de
rehabilitación porque no caminaba,
lográndolo después de Dios, y con la
ayuda de los especialistas a salir
adelante, asistió con terapeutas,
pediatras, neurólogos, ortopedistas, en
fin, actualmente se encuentra muy
bien… Con el tiempo asimilé la
situación; jamás renegué de lo ocurrido;
al contrario, estoy tan feliz de tener al
niño a mi lado porque es el milagro más
grande que se me ha dado y tengo junto
con mi esposo la misión de llevarlo
siempre adelante, de guiarlo igual que a
nuestros dos hijos.
Es la primera vez que escribo esto sobre
la historia de mi hijo… PANCHITO…
Por tanto, quiero agradecer a Dios por
haberme elegido a mí para cuidar al más
hermoso de sus Ángeles… mi hijo
JESUS FRANCISCO. Realmente me
siento muy privilegiada por Dios, al
darme la oportunidad de vivir
maravillosas experiencias, así como un
cúmulo de satisfacciones… como el día
de Hoy que termina su educación
primaria, este logro es verdaderamente
importante para nuestras vidas… Por
nuestro lema…siempre será “Por él soy,
con EL soy y para él soy…
JESUS FRANCISCO MORENO LEYVA
HERMOSILLO, SONORA, JUNIO 26 DEL 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario